jueves, 28 de abril de 2011

Amplían Biblioteca Municipal "Eduardo Avilés Ramirez" de Diriamba, Carazo

Tras cumplir 31 años de existencia, la biblioteca municipal Eduardo Avilés Ramírez, de la ciudad de Diriamba, de Carazo, fue ampliada y restaurada con el fin de promover el hábito de lectura en niños y jóvenes.

La biblioteca, que se ubica en el parque La Mascota de Diriamba, recibió una donación de 150 libros nuevos de Hispamer y 54 libros de autores locales.

El doctor Bismarck Pérez, alcalde de Diriamba, manifestó que la biblioteca posee una gran variedad de libros como cuentos infantiles, libros de ciencias, español, geografía, filosofía, literatura, novelas, entre otros.

Hábito lector en recuperación. “Nuestro objetivo es promover el hábito de lectura que se ha perdido porque las últimas generaciones prefieren ir a buscar a Internet la investigación que dejó la profesora que ir a buscarla en los libros. Consideramos que es vital que los jóvenes y niños lean porque es el camino al conocimiento y además a través de la lectura se amplía el vocabulario”, dijo Pérez.

La ampliación de la biblioteca fue de noventa metros cuadrados y tuvo un valor de 210 mil córdobas aportados por la Alcaldía municipal.

“Esta es la segunda etapa, que solo le hacen falta algunos detalles como la pintura, el cielo raso y abanicos, también estamos haciendo la gestión para colocar unas cuatro computadoras para que los estudiantes puedan hacer investigaciones más complejas”, agregó.

La biblioteca Eduardo Avilés abrirá sus puertas desde las ocho de la mañana hasta las siete de la noche para que los estudiantes puedan hacer uso de los libros y de esta manera no se pierda el buen hábito de la lectura.

Fuente: Mabel Calero G., “Reinauguran biblioteca de Diriamba”. La Prensa.com.ni, 28, abril, 2011. Disponible en:
http://www.laprensa.com.ni/2011/04/28/departamentos/58906

martes, 26 de abril de 2011

Ciudad de libros para Casa hogar de El Crucero, Managua

En el ámbito del Día Internacional del Libro se reúnen los escritores nicaragüenses para realizar un sueño: “Ciudad de libros” es un recital organizado por los escritores Héctor Avellán, Erick Aguirre, Jimmy Javier Obando, Ernesto Salmerón, Enrique Rimbaud y Eunice Shade con la finalidad de recaudar libros que permitan construirle una biblioteca al orfanatorio “Siervas del Divino Rostro” ubicado en Las Nubes, El Crucero, Managua.

El orfanatorio “Siervas del Divino Rostro” nace en San Fernando, Nueva Segovia en 1985 atendiendo 87 niños y adolescentes, de las montañas de Nueva Segovia, en grave riesgo por las consecuencias de la guerra, “comenzamos a brindarles atención y protección a las niñas que en su momento así lo requerían”, cuenta Sor Griselda Díaz, actual madre superiora y responsable de la casa hogar.

Desde 1993 “Siervas del divino rostro” se trasladó a El Crucero atendiendo a niños, niñas y adolescentes huérfanos de la calle, abandonados por sus padres. Desde su fundación el hogar ha venido atendiendo y albergando a más de setecientos niños y niñas en El Crucero, durante las veinte y cuatro horas del día y los 365 días del año. Asimismo, Sor Delia expresa que siendo un hogar privado viven de las donaciones que el buen corazón del prójimo desee brindarles: “Todo necesitamos aquí, desde una bolsa de sal, hasta un libro”.

Es así que dentro de la celebración del día internacional del libro, los escritores Héctor Avellán, Erick Aguirre, Jimmy Javier Obando, Ernesto Salmerón, Enrique Rimbaud y Eunice Shade, junto al cantautor Mario Montenegro se reúnen para ofrecer una actividad cultural denominada “Ciudad de Libros: Literatura y Música”, cuyo objetivo es reunir la mayor cantidad de libros posibles y donarles a los niños del hogar “Siervas del Divino Rostro” una pequeña biblioteca, que permita darles esperanza para lograr el camino de la instrucción y motivarlos a la lectura.

Por su parte, esta es la primera parte de esta iniciativa. Posteriormente los escritores planean llevar a cabo sábados y domingos de lectura en el Hogar Siervas de Divino Rostro, para enseñarles a estos pequeños cómo aprovechar una biblioteca.

“Ciudad de libros” es un verso del escritor argentino Jorge Luis Borges tomado de su célebre “Poema de los dones”, en donde expresa su profundo amor y respeto por los libros. Con esta consigna, estos escritores y artistas nicaragüenses estarán recitando poesía, leyendo cuentos, compartiendo con los asistentes el jueves 28 de abril a las 5:00 pm en el Banco Central de Nicaragua.

La entrada al evento cuesta un libro o más, es importante que esté en buenas condiciones y que sea apto para niños de 5 a 15 años. “Lo ideal es que sean libros útiles, pero también de entretenimiento”, señalaron los escritores



Fuente:” Ciudad de libros para Casa hogar de El Crucero”. Nuevo Amanecer Cultural, Nº 1576, 26, abril, 2011. Disponible en: http://www.elnuevodiario.com.ni/suplemento/nuevoamanecer/486

jueves, 14 de abril de 2011

Bibliotecología Nicaragüense: Actualidad y Avance.

Facha del Palacio de la Cultura, aquí está ubicada la Biblioteca Nacional "Rubén Darío" de Nicaragua, en Managua, ciudad capital.

Por Mario Arce Solórzano

INTRODUCCIÓN

Hoy por hoy, Nicaragua posee un amplio y sólido Sistema Nacional de Bibliotecas que contrasta con la pobreza de las estadísticas internacionales. Esa es la visión y misión del presente ensayo, dar a conocer esa riqueza de la Bibliotecología Nicaragüense a través de tres ejes temáticos: la historia de sus bibliotecas, el quehacer de sus bibliotecarios en su lucha reivindicativa por el "Día Nacional del Bibliotecario y Bibliotecaria" —el cual fue dedicado al lector, bibliotecario y revolucionario "Carlos Fonseca Amador"— y, finalmente, su eje motor, la enseñanza de la Bibliotecología en Nicaragua.

1. Historia de las bibliotecas en Nicaragua.- La primera Biblioteca de la Provincia de Nicaragua nace en un centro de instrucción religioso que el Obispo de Nicaragua, Fray Andrés de las Navas y Quevedo, fundó el 15 de diciembre de 1680 con el nombre de Colegio Seminario de San Ramón Nonnato. Este Colegio y en especial su biblioteca, que alcanzó su pleno establecimiento en 1696, representan el sustrato esencial documentado que dio a la historia de las bibliotecas nicaragüenses el aporte inicial de ser la primera biblioteca escolar de la, entonces, Provincia de Nicaragua. Antes del surgimiento de este centro de enseñanza religioso y su biblioteca, se había documentado la existencia de "Escuelas para Indios" fundadas en 1542 en León Viejo y extendidas, en 1572, a ciudades como El Realejo, Granada y Nueva Segovia. Por falta de libros para cubrir la expansión de esa enseñanza, se deduce que también existieron bibliotecarios y "Bibliotecas para Indios".


La trascendencia más loable de la Biblioteca del Seminario de San Ramón, fue el haber sido la herencia bibliográfica jamás esperada para el desarrollo de la Universidad en Nicaragua, y como tal fue donada a la Real Universidad de la Inmaculada Concepción de León, en 1816, naciendo así la primera Biblioteca Universitaria que poseía 4 mil volúmenes, libros que fueron testigos sobrevivientes "de la educación y la cultura eclesiástica que predominó en ese periodo histórico de nuestra Provincia".


Nicaragua logra su Independencia de España el 15 de septiembre de 1821, a partir de esa fecha, lentamente, fueron apareciendo en el panorama del país escuelas, colegios y asociaciones de arte y cultura, librerías, bibliotecas públicas y privadas de personajes pudientes en la ciudades principales de León, Granada, Matagalpa, Jinotega y Managua que ha sido la capital de la República desde 1858.


Desde la inauguración de la Biblioteca Nacional en 1882 —incluyendo el lento desarrollo de las bibliotecas escolares, públicas y municipales del país— se observó en el quehacer histórico de esta institución una característica itinerante (por ejemplo, no poseía edificio propio) que impedía su desarrollo y total establecimiento, hasta su ubicación y eventual asentamiento en 1950 en el área norte de la antigua ciudad de Managua, arrasada por el terremoto de diciembre de 1972...




Tomado de Revista Fuentes, Vol. 4, Nº 6, febrero, 2010. ISSN 1997 - 4485.

Es una publicación de la Biblioteca y Archivo Históricó de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia

miércoles, 13 de abril de 2011

Descarte de Recursos Bibliográficos en Bibliotecas

Autor: Alfredo Antonio González Bibliotecario Nicaragüense El descarte de recursos bibliográficos en una Biblioteca o Centro de Documentación, es una de las tareas poco comunes debido a distintos factores que involucran a l@s bibliotecari@s, a los administradores de información, y a l@s usuari@s.

A continuación se presentan algunas pautas que pueden llevar a reflexionar y a analizar causas que motiven el descarte de recursos bibliográficos en una Unidad de Información (U.I.); sea Biblioteca o Centro de Documentación, con el fin de depurar colecciones y así aprovechar el espacio físico del que se dispone, para almacenar en los bancos de datos solo aquella información de importancia con temas de información relevante para los usuari@s según la especialidad de la U.I.

Asimismo se presentan algunos espacios de reflexión que se consideran como experto; de mucha utilidad para evitar conflictos y contratiempos en la toma de decisiones en el ordenamiento de bancos de datos.

Es claro y recomendable que el descarte debe de hacerse sistemáticamente, en determinados períodos de tiempo, tomando en consideración la fuente. Estamos hablando de la selección y adquisición, la cual es una tarea que se hace en equipo, por lo tanto, si se va a descartar recursos bibliográficos en una U.I. que no es de utilidad, entonces hay que tomar en cuenta distintas opiniones; en primer lugar la de l@s usuari@s reales, la de los administradores, y la de los bibliotecarios; para que al final se pueda tomar una decisión correcta y consensuada, y depositar los recursos descartados en sitios seguros y controlados.

JUSTIFICACIÓN

Existen actualmente muchas causas que hacen que las colecciones bibliográficas de una U.I. aumenten en volúmenes y poco en calidad. Una de las principales causas es la diversificación de temas que la U.I. quiere almacenar por las mismas muestras de necesidad de información que requieren determinados usuarios en cierto tiempo. Sin embargo por la falta y establecimiento de políticas por parte de determinadas U.I. en materia de selección y adquisición, hacen que influyan negativamente y les lleven a crearse conflictos en el ordenamiento de sus bancos de datos.

Por otro lado les causan problemas en el espacio físico, ya que por lo regular entre un 30 y 40 por ciento sus recursos de Información abordan aspectos que no se ajustan a sus objetivos y especialidades temáticas, la documentación va ganando obsolescencia, y muchas veces la misma información está disponible en otras U.I. (duplicidad), llevando a saturar el espacio físico total y espacios para l@s usuari@s.

Acompañan a estas causas la falta de equipos, programas y medios modernos automatizados, que les pudiesen apoyar en agilizar el proceso de almacenamiento y recuperación de datos.

Tomando como base esas causas, las más sencillas y las más generales, se pretende generar y mostrar algunas consideraciones sobre descarte de recursos bibliográficos en una U.I., con el fin de propiciar y ponerlas en ambiente para reflexionar sobre este tema importante. También para que por medio de estas pautas, quizás les puedan servir a determinados administradores de información, logren hacer un descarte sistemático, les ayude a depurar colecciones obsoletas, aprovechen el espacio físico y los recursos disponibles, y talvez puedan contribuir un poco a mitigar a corto plazo los problemas de peso, volumen y espacio, para dejar fundamentalmente lo sustancial, lo que le sirva verdaderamente para los servicios y objetivos de la U.I.

OBJETIVO GENERAL

Presentar algunas consideraciones sobre descarte de recursos bibliográficos de Bibliotecas y Centros de Documentación (Unidades de Información).

REFLEXIONES GENERALES SOBRE DESCARTE

Considero que como profesional, administrador y especialista en gestión de información, o bibliotecario; no tengo nada en contra de los libros y todo tipo de soporte o material que contenga información, sea de cualquier naturaleza y contenido temático.

Sin embargo opino que tanto en esta especialidad como en otra, se deben de tomar en cuenta muchos aspectos para poder ser buenos administradores, y uno de esos aspectos en esta especialidad es el descarte de recursos bibliográficos por diversas causas; espacio físico, especialidad temática, organización, complejidad de temas, duplicidad, falta de promoción, poca diseminación selectiva, insuficientes acoplamientos en redes, escasas estructuras de sistemas nacionales de información, obsolescencia, barreras de idiomas, poco alcance presupuestario, y poco uso entre otras causas y murallas que afectan directamente a l@s usuari@s.

No obstante el descarte naturalmente tiene su base en la selección y adquisición de los recursos bibliográficos, por lo tanto, la selección es un elemento de suma importancia ya que de aquí parte el uso pertinente de la información, y es un punto de partida para saber el grado de eficacia y eficiencia del fondo documental, y por ende de los servicios que determinada U.I. ofrece a sus usuarios reales y potenciales.

Entonces de la calidad en la selección, dependerá en gran parte, la calidad de los servicios en una U.I. Kramer (Especialista de la UNESCO), dice que “quien puede seleccionar con acierto, puede también descartar atinadamente”(¹). Pero en relación a lo anterior, abordando de lleno el tema de descarte, primero nos interrogamos, ¿cómo saber lo que debemos descartar?

En relación a la interrogante, muchos expertos como Kramer, Lancaster, ALA, ABIESE y otros autores, coinciden en que la mayoría de las causas, que a continuación se describen, hay que tomar en cuenta para realizar un descarte cuidadoso, acertado, metódico, con objetividad y sobre todo con fidelidad.

1. Recursos de Información en Malas Condiciones Físicas. Descartar aquellos recursos que manifiestan el papel amarillo, quebradizo, ejemplares mutilados, descuadernados, difíciles de restaurar por su costo y contenido que no se ve muy importante. Por el contrario tratar de conservar aquellos de contenidos especializados, científicos, recurso bibliográficos raras, únicas, que tengan alto valor histórico y que no se puedan reemplazar con facilidad ni conseguir nuevamente.

2. Recursos de Información Irrelevantes sin Importancia. Procurar desmitificar al documento o material bibliográfico, no preservarlo en la colección porque está de moda o se ve bonito por fuera; debe de ser útil y valioso en su contenido, dejarlo si tiene información y datos orientadores e importantes para el usuario y el país, y que se ajuste a los objetivos institucionales, no se debe de falsear la información, buscar lo sustancial y lo mejor, no se debe ser romántico y pasional.

3. Recursos Ajenos a la Unidad de Información. Descartar todo aquello que no coincida con los objetivos de la U.I. o institución, en especial lo donado que no sea de la especialidad aprovecharlo para canjearlos o donarlos a l@s usuari@s o bien a otras U.I., que se detecten y les sean de utilidad por la especialidad temática.

4. Recursos Duplicados. Dejar al menos solo dos copias, quizás en un momento se necesitaron más, pero si en la realidad y después de mucho tiempo y valorando las condiciones actuales no son necesarias tantas copias, descartarlas. Dejar solo lo necesario, queda a criterio donarlos o canjearlos lo separado de los bancos de datos.

5. Recursos Obsoletos. Descartar todo aquello que su información no es vigente, todo lo que ha perdido efectividad en su vigencia, si su nivel de alcance ya no es igual. Sin embargo es uno de los puntos sobre los cuales se debe de meditar un poco más.

Para los bibliotecarios se sabe que desde que aparece una publicación conlleva a un grado de obsolescencia conforme se desarrolla la ciencia y la tecnología, y avanzan los conocimientos del hombre y el tiempo. Naturalmente, aquí hay que pensar en otros criterios que son necesarios y tenerlos presentes, como por ejemplos:

“El descarte naturalmente tiene su base en la selección y adquisición de los Recursos bibliográficos, por lo tanto, la selección es un elemento de suma importancia ya que de aquí parte el uso pertinente de la información”

a. Área de Especialidad: Es un tema que influye mucho y se debe considerar como el número uno, porque los recursos bibliográficos con información sobre las ciencias puras o bien aplicadas, pierden vigencia en mayor proporción que la de las ciencias sociales, o sea, que hay una desproporción en las distintas áreas.

(Dereck Desolla, Price – UNESCO): Realizó un estudio al respecto, y reportó que “la literatura mundial crece a razón de un 7% anualmente, y en algunos campos, especialmente en la ciencia y en la técnica la tasa de crecimiento alcanza un 200%” (²), en relación a las distintas áreas del conocimiento humano.

Entonces hay que tomar lo que verdaderamente Interesa, lo que pueda ayudar para resolver los problemas y requerimientos de los que demandan información; l@s usuari@s.

b. El Tipo de Material: De acuerdo al tipo, también influye en que un material deba de ser descartado; por lo regular las enciclopedias por ejemplo tienen una vigencia entre 8 y 12 años, los anuarios y estadísticas, por lo regular deben de sustituirse cada año, las publicaciones periódicas se recomienda, según la importancia temática, preservarlas entre 5 a 10 años, no obstante, almacenar aquellas publicaciones seriadas de carácter científicas, y descartarlas las impresas si se sabe que se encuentran en otros soportes.

La información en cintas magnéticas, discos compactos, o de este tipo en medios electrónicos, no pierden vigencia en muchos años, ni ocupan mucho espacio; sin embargo es necesario controlarlas en bancos de datos especializados, por su mayor grado de especialidad.

En los libros y documentos impresos varía mucho, aquellos recursos bibliográficos mal seleccionados pierden su rumbo y tienden a caer en la obsolescencia rápidamente por falta de uso. Es aquí donde se puede detectar que Recursos son los menos usados y deben de descartarse.

6. Recursos que no se han Usado. Se deben de hacer valoraciones, y es muy probable que existan recursos que en muchos años no se han usado, otros quizás pocas veces se han utilizados, porque existen recurso bibliográficos relacionadas de mayor importancia por su contenido. Este es otro factor de suma importancia. Por ejemplo: Lancaster recomienda varios criterios posibles para evaluar y descartar recursos de una colección.

El Cuantitativo: Cuando se observa el tamaño absoluto de las colecciones, tasa de crecimiento anual, etc. Aunque ciertamente el tamaño de una colección es un indicador de utilidad, ya que supuestamente una colección voluminosa, tiene más posibilidad de satisfacer las necesidades de información de l@s usuari@s.

Este criterio tiene sus riesgos al tratar de evaluar una colección basándose solo por el tamaño absoluto.

Cualitativamente: Esto se realiza cuando se confronta la colección con listas normalizadas, asimismo con acervos de otras unidades de información del mismo nivel o similar en asuntos temáticos. Este criterio está más relacionado con la colección en si, que en su uso. Uso de la Colección: Se refleja en las estadísticas de circulación” (³).

De estos tres criterios mencionados, éste último es el que con mayor conveniencia se recomienda seguir con fines de descartar todo aquello que no se use, y si no se usan no es porque no sirvan, sino porque sus contenidos no tienen valor e importancia para l@s usuari@s.

7. Caso de las Recursos bibliográficos Sueltos. Un recurso bibliográfico que se publicó en varios números sueltos de publicaciones periódicas, también son sujetas al descarte, no sin antes analizar su contenido, y conservar la información significativa que se pudiese incorporar al archivo vertical, o bien ubicarlos en bancos de datos controlados, en donde no se vayan a extraviar.

CONCLUSIÓN

Observando lo relacionado a las tareas de descarte en una Unidad de Información, sea esta una Biblioteca, o Centro de Documentación especializado; es una de las tareas más difíciles de cumplir, dado que cada recurso bibliográfico almacenada en los bancos de datos, requiere de un estudio articular una vez que ha sido detectada para el descarte. Por lo tanto se debe de entender que el proceso de descarte no es producto de una simple operación matemática, es mucho más que eso.

También se debe de estar claro que una vez que los recursos bibliográficos han sido identificados como sujetos potenciales a descartarse, se procederá a controlarlos en catálogos o sistemas automatizados usados por el público, de igual manera las mismas recurso bibliográficos como tal. Estos recursos pueden ubicarse en fondos pasivos, si se consideran relevantes mantenerlos, de lo contrario, donarlos o desecharlos de una vez.

Inicialmente se indicó que estas pautas pudiesen servir como base para tratar de solucionar a corto plazo la depuración de colecciones, y mitigar el problema de peso y espacio. Se considera entonces que este problema puede persistir, pese a proponerse a realizar un descarte sistemático y bien fundamentado cada año, o cada dos o tres años, ¿entonces que podemos hacer?

Coincidiendo con otros expertos, dependerá de los criterios tales como; fecha de publicación, fecha de llegada a la unidad de información, del mayor o menor uso de la colección, si no es una información de avanzada y de utilidad para l@s usuari@s, y de su contenido temático, etc. No obstante, es necesario hacer hincapié en que las colecciones deben de evaluarse sistemáticamente también, con fines de determinar con mayor precisión las nuevas adquisiciones, y descartes en el futuro.

Debemos de subrayar, que el descarte es una labor delicada, que se debe de hacer en equipo, que requiere en muchos casos; estudios exhaustivos con métodos bibliométricos que implican naturalmente inversión de tiempo, dinero, y que sean realizadas por gente experta, así como también que en las unidades de información se adopte como una actividad periódica, con las reflexiones y responsabilidades del caso.

Finalmente recomendamos tener cuidado, mucho cuidado en descartar solo lo que realmente amerite, y no arrasar con las colecciones, para no debilitarla, aminorarla, o disminuirla totalmente.

BIBLIOGRAFÍA CITADA Y CONSULTADA 1. Cuestionario elaborado y aplicado por la Unidad de Planeación de la Dirección General de Bibliotecas.—(México), s.n., s.f. 2. Kramer, Garnetta.—Notas bibliotecológicas.—2a. ed.—México: Pax México, 1972. p. 339. 3. Lancaster, F.W.—The measurement and evaluation of library services.—Washington: Information Resources Press, 1979. p. 191. 4. ABIESI.— Normas para el servicio bibliotecario.—Xalapa, México: s.n., 1968. 9 h. 5. ALA.—Normas para bibliotecas universitarias.—México: ABIESI, 1978. (37) h. 6. Bienvenistes, Dora.—Consideraciones sobre depuración de acervos.—En: Ciencias Bibliotecarias. Vol. 3 (1): pp. 35-40. Fuente: Revista Documentación, Año II, Nº 7, Septiembre – Octubre, 2008, www.documentalistas.org D

martes, 5 de abril de 2011

Poema en el Día del Bibliotecario y Bibliotecaria Nicaragüense

COPYRIGHT


Se le dio entrada a nuestro amor


asignando como asiento principal


al autor de mi amor


sin dejar fuera


la colación de la pasión


dándole un título


con mención


de responsabilidad en mi corazón


solo hubo una primera edición,


sin reimpresiones.


Impreso entre octubre del año 1986


y con constantes actualizaciones


y correcciones en el año 2005,


para permitirle a nuestro amor


la entrada al catálogo de la vida.


Mi amor ocupa


la entrada principal de tu amor


tienes el copyrigth de mi amor


cuidado con los derechos de autor


ahora hay mucha piratería.



Mercedes Tinoco


Bibliotecaria Nicaragüense